El estrés prolongado puede afectar la salud física y mental, provocando desde dolores de cabeza hasta problemas digestivos y cardiovasculares. Adoptar hábitos sencillos ayuda a reducir sus efectos y mantener el bienestar diario.
1. Practica la respiración profunda
Dedicar unos minutos al día a respirar lenta y profundamente ayuda a relajar el sistema nervioso. Este ejercicio sencillo disminuye la tensión y aporta calma inmediata.
2. Mantén una rutina de actividad física
El ejercicio libera endorfinas, que son las llamadas “hormonas de la felicidad”. Caminar, bailar o practicar yoga son excelentes opciones para liberar estrés y mejorar el ánimo.
Conoce más: Estrés crónico y su impacto en la salud cardiovascular
3. Organiza tus tareas
Hacer una lista de pendientes y establecer prioridades evita la sobrecarga mental. Dividir las actividades en pasos pequeños reduce la sensación de presión y facilita cumplir objetivos.
4. Reserva tiempo para ti
Leer, escuchar música o realizar un pasatiempo aporta momentos de desconexión necesarios. Dedicarte un espacio personal fortalece tu equilibrio emocional.
5. Cuida tu descanso nocturno
Dormir lo suficiente ayuda al cuerpo a recuperarse del desgaste diario. Un buen sueño fortalece la memoria, la concentración y la capacidad para manejar el estrés.
Poner en práctica estos consejos no solo disminuye la tensión diaria, también protege la salud a largo plazo al reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés.
Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos