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El vinagre de manzana contiene probióticos, bacterias beneficiosas y levaduras que favorecen un microbioma intestinal equilibrado y una digestión saludable.

La miel contiene prebióticos, que nutren las bacterias intestinales saludables y estimulan su crecimiento. Juntos, el vinagre de manzana y la miel pueden mejorar la digestión y reducir la hinchazón, aunque la mayoría de las pruebas se basan en informes personales y no en estudios clínicos.

Sumado a ello, el vinagre manzana puede ayudar al cuerpo a utilizar la insulina (una hormona que ayuda al cuerpo a convertir la glucosa en energía) de forma más eficiente, lo que contribuye a un mejor control del azúcar en sangre.

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El ácido acético del vinagre ralentiza la descomposición de los carbohidratos en azúcar, lo que ayuda a prevenir picos bruscos de azúcar en sangre después de una comida.

La miel sigue siendo una fuente de azúcar, pero puede elevar el nivel de azúcar en sangre de forma más gradual que los edulcorantes refinados. También contiene antioxidantes que protegen las células del daño causado por los radicales libres, que pueden aumentar cuando los niveles de azúcar sanguínea son elevados y provocar daño celular.

Juntos, el vinagre de manzana y la miel pueden promover niveles de azúcar en sangre más estables y una energía más duradera, lo cual puede ser particularmente útil para personas con resistencia a la insulina, prediabetes o quienes experimentan bajones de energía después de las comidas.

 

Fuente: Very Well Health