Dormir bien no sólo restaura la energía, también cumple un papel fundamental en la prevención de diversas enfermedades crónicas. La falta de sueño de calidad afecta el sistema inmunológico, el metabolismo y el equilibrio hormonal, aumentando el riesgo de problemas de salud a largo plazo.

Relación entre sueño y metabolismo

El descanso insuficiente se asocia con un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2. Dormir poco altera la regulación del azúcar en sangre y las hormonas del apetito, lo que favorece el aumento de peso y la resistencia a la insulina.

Sueño y salud cardiovascular

Dormir menos de lo recomendado eleva las probabilidades de hipertensión, infartos y accidentes cerebrovasculares. Un descanso adecuado ayuda a regular la presión arterial y protege la salud del corazón y los vasos sanguíneos.

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Impacto en el sistema inmunológico

Durante el sueño profundo, el cuerpo libera sustancias que ayudan a combatir infecciones. La falta de sueño disminuye estas defensas, lo que aumenta la vulnerabilidad a enfermedades.

Beneficios para la salud mental

Dormir bien también influye en el bienestar psicológico. El descanso suficiente mejora la memoria, la concentración y reduce el riesgo de depresión y ansiedad, factores que están ligados al desarrollo de enfermedades crónicas.

Hacer del sueño una prioridad es una medida clave de autocuidado. Dormir entre 7 y 9 horas de calidad cada noche ayuda a prevenir enfermedades crónicas y a mantener un estilo de vida saludable.

 

Fuente: Centers for Disease Control and Prevention (CDC)