El exceso de azúcar en la dieta se asocia con aumento de peso, riesgo de diabetes y problemas cardiovasculares. Reducir su consumo de forma progresiva permite que el cuerpo y el paladar se adapten sin generar sensación de privación.
1. Revisa las etiquetas
Leer los ingredientes de los alimentos ayuda a identificar azúcares añadidos. Opta por productos sin azúcar añadida o con menor contenido, como yogures naturales o cereales integrales.
2. Sustituye bebidas azucaradas
En lugar de refrescos y jugos industriales, elige agua, infusiones, tés o aguas frescas sin endulzantes, lo que reduce significativamente la ingesta diaria de azúcar.
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3. Endulza de manera natural
Si necesitas sabor dulce, utiliza frutas frescas o secas, purés de frutas o un toque de miel, evitando jarabes y azúcar refinada.
4. Cocina en casa
Preparar tus propios alimentos y postres permite controlar la cantidad de azúcar que consumes. Reducir gradualmente este ingrediente en las recetas habituales ayuda a que el paladar se acostumbre.
5. Incrementa proteínas y fibra
Incluir frutas, verduras, legumbres y proteínas en las comidas favorece la saciedad y disminuye los antojos de alimentos dulces entre comidas.
Adoptar estos cambios de manera progresiva permite reducir el consumo de azúcar sin sentir que se pierde el sabor ni el disfrute de los alimentos. ¡Cuida tu alimentación!
Fuente: American Heart Association







