La hidratación es clave para el buen funcionamiento del organismo, pero no todas las bebidas aportan los mismos beneficios. Elegir opciones saludables ayuda a mantener el equilibrio de líquidos, mejorar la digestión y apoyar la energía diaria.
Agua: la base de la hidratación
El agua simple debe ser la primera elección. Es esencial para regular la temperatura corporal, transportar nutrientes y eliminar desechos, además de no aportar calorías ni azúcares añadidos.
Infusiones y tés sin azúcar
Las infusiones de hierbas o los tés naturales son una excelente alternativa al agua. Aportan antioxidantes, pueden favorecer la relajación y añaden variedad sin sumar calorías.
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Bebidas naturales que apoyan la salud
Jugos verdes diluidos, aguas frescas sin azúcar y licuados con frutas o verduras pueden formar parte de la hidratación. Cuando se preparan en casa y con moderación, aportan vitaminas y minerales que complementan la dieta.
Optar por agua, infusiones y bebidas naturales es una forma sencilla de cuidar la salud. Al evitar refrescos azucarados y bebidas ultraprocesadas, se protege el corazón, se controla el peso y se mantiene un organismo en equilibrio.