Aunque muchas personas asocian la deshidratación con el calor, el clima frío también puede aumentar el riesgo de no consumir suficiente agua, ya que la sensación de sed suele disminuir. Mantener una buena hidratación en invierno es clave para la salud general y el rendimiento físico.

1. No esperar a tener sed

Beber agua de manera regular, aunque no se sienta sed, es fundamental para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo, ya que la sensación de sed puede ser menos intensa en climas fríos.

2. Incluir bebidas calientes

Consumir infusiones sin azúcar o caldos calientes contribuye a la hidratación, al mismo tiempo que aporta confort térmico en días fríos. Evita bebidas muy azucaradas o con cafeína en exceso, ya que pueden tener efecto diurético.

3. Comer alimentos con alto contenido de agua

Incorporar frutas y verduras como naranjas, pepinos y calabacines ayuda a mantener los niveles de líquidos, además de aportar vitaminas y minerales esenciales durante el invierno.

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4. Mantener una botella de agua a la mano

Tener siempre agua disponible permite recordar beber con frecuencia, ya sea en la oficina, en casa o durante la actividad física, evitando la deshidratación silenciosa.

5. Vigilar la coloración de la orina

Observar el color de la orina es un indicador práctico de hidratación: tonos claros indican un buen nivel de líquidos, mientras que tonos oscuros señalan que se debe aumentar la ingesta de agua.

Seguir estos consejos ayuda a prevenir la deshidratación, mantener la función cognitiva y favorecer la regulación de la temperatura corporal, incluso en climas fríos donde el riesgo puede pasar desapercibido.

 

Fuente: Mayo Clinic