Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa poliinsaturada esencial que el cuerpo no puede producir por sí solo, por lo que es necesario obtenerlos a través de la dieta. Estos nutrientes cumplen un papel fundamental en la salud cerebral y el funcionamiento cognitivo.

Función en el cerebro

El omega-3, en especial el ácido docosahexaenoico (DHA), es un componente estructural de las membranas celulares del cerebro. Contribuye a mantener la fluidez y comunicación entre las neuronas, lo que favorece procesos como la memoria y el aprendizaje.

Beneficios para la salud mental

Diversos estudios han mostrado que un consumo adecuado de omega-3 puede estar asociado con una menor probabilidad de desarrollar depresión y deterioro cognitivo. También se ha investigado su posible efecto en la reducción de síntomas de ansiedad.

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Fuentes alimenticias

Los pescados grasos como el salmón, la sardina y la caballa son ricos en omega-3. Otras fuentes son las semillas de chía, linaza, nueces y aceites vegetales como el de canola. Incluirlos regularmente en la dieta ayuda a cubrir los requerimientos diarios.

Envejecimiento y protección cognitiva

A medida que envejecemos, el cerebro es más susceptible al daño oxidativo y al deterioro neuronal. El consumo de omega-3 podría contribuir a proteger la función cognitiva y mantener la agudeza mental durante más tiempo.

Incorporar alimentos ricos en omega-3 en la alimentación diaria es una estrategia sencilla para cuidar la salud cerebral y apoyar tanto el rendimiento mental como el bienestar emocional.

 

Fuente: National Institutes of Health