Las decisiones que tomamos en el supermercado influyen directamente en nuestra alimentación diaria. Hacer compras con planificación y atención puede ayudarte a elegir opciones más nutritivas y evitar productos que no aportan beneficios a tu salud.
1. Haz una lista previa
Planificar lo que necesitas antes de salir al supermercado es clave. Una lista organizada evita compras impulsivas y te ayuda a enfocarte en alimentos frescos y necesarios.
2. Elige alimentos frescos
Prioriza frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. Llena tu carrito con productos que aporten fibra, vitaminas y minerales en lugar de ultraprocesados con azúcares añadidos o grasas saturadas.
3. Lee las etiquetas
Revisar la información nutricional es fundamental. Fíjate en el contenido de sodio, azúcares y grasas trans. Opta por versiones con menos aditivos y mayor aporte de nutrientes.
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4. Evita hacer compras con hambre
Ir al supermercado con el estómago vacío suele llevar a comprar más productos calóricos o poco saludables. Comer antes de salir puede ayudarte a tomar mejores decisiones.
5. Prefiere pasillos exteriores
En muchos supermercados, los alimentos frescos se encuentran en los pasillos de las orillas (frutas, verduras, lácteos, carnes, pescados). Los pasillos centrales suelen concentrar productos más procesados.
Adoptar estos hábitos de compra puede ayudarte a mantener una dieta más equilibrada y a reducir el consumo de productos que no favorecen tu salud. Una compra consciente es el primer paso para una alimentación más sana en casa.