El sueño es un proceso vital para el cuerpo, pero también para el cerebro. Dormir bien no sólo ayuda a recuperar energía física, también es clave para mantener el rendimiento mental, la memoria y la salud emocional. Cuando el descanso es insuficiente o de mala calidad, las funciones cognitivas pueden verse afectadas significativamente.

¿Qué funciones cognitivas protege el sueño?

Durante el sueño profundo, el cerebro consolida recuerdos, procesa emociones y elimina desechos tóxicos acumulados durante el día. Dormir lo necesario favorece la atención, la capacidad de aprendizaje y la toma de decisiones. Un descanso adecuado también ayuda a regular el estado de ánimo y a mantener el equilibrio mental.

Consecuencias de dormir mal

La falta de sueño frecuente puede causar problemas de concentración, olvidos, lentitud mental e incluso alteraciones en la conducta. A largo plazo, dormir poco se asocia con mayor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer. Además, el mal descanso afecta la salud física general, incluyendo el sistema inmunológico y el metabolismo.

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¿Cuánto y cómo debes dormir?

Los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño por noche. Para lograrlo, es importante:

  • Establecer horarios regulares para dormir y despertar.
  • Evitar pantallas al menos una hora antes de acostarse.
  • Mantener el dormitorio oscuro, silencioso y fresco.
  • Limitar el consumo de cafeína y alcohol por la noche.
  • Evitar siestas largas durante el día.

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad biológica que impacta directamente en cómo piensas, sientes y actúas. Si cuidas tu descanso, estás cuidando también la salud de tu cerebro y tu bienestar general.

 

Fuente: National Institutes of Health