Al freír alimentos, parte del agua que contienen se reemplaza con grasa. Esto incrementa su contenido calórico, lo que puede contribuir a la inflamación.
Mucha comida frita se cocina con aceites vegetales que contienen ácidos grasos omega-6, como los de canola, maíz y soya.
Los omega-6 son ácidos grasos esenciales que solo se obtienen a través de la dieta. Son diferentes de los omega-3, que se encuentran de forma natural en algunos aceites vegetales y pescados grasos como el salmón. Consumir cantidades altas de omega-6 y bajas de omega-3 puede contribuir a la inflamación.
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No obstante, una investigación del año 2021 reveló que las grasas omega-6 pueden tener un efecto protector cuando se consumen con moderación.
Consumir carnes fritas puede contribuir a la inflamación al influir en el microbioma intestinal.
Un ensayo controlado aleatorizado que se realizó en 2021 descubrió que consumir carnes fritas puede provocar cambios en la microbiota intestinal asociados con un aumento de los niveles de inflamación sistémica.
Freír alimentos vegetales produce acrilamida, una sustancia relacionada con un mayor riesgo de cáncer. Sin embargo, la relación entre la acrilamida alimentaria y el riesgo de cáncer todavía no está clara.
Fuente: Healthline