La frecuencia cardíaca aumenta de forma natural a lo largo del día en respuesta a las necesidades energéticas del cuerpo. La frecuencia cardíaca en reposo varía de persona a persona, pero suele estar entre 60 y 100 latidos por minuto (lpm). Una frecuencia superior se conoce como taquicardia, una afección en la que el corazón late más rápido de lo normal.

En ciertos casos, algunas afecciones (como la rinitis alérgica) y medicamentos para la alergia (como los descongestionantes) pueden aumentar la frecuencia cardíaca. Dichos factores también pueden alterar el sistema nervioso autónomo, que controla las principales funciones del cuerpo, como la temperatura y la frecuencia respiratoria.

Diversas investigaciones han demostrado que reacciones alérgicas como la rinitis alérgica, también conocida como fiebre del heno, pueden aumentar la frecuencia cardíaca y el flujo sanguíneo. Esto se debe a que la rinitis alérgica puede causar niveles elevados de epinefrina, una hormona y neurotransmisor que controla la respuesta de lucha o huida del cuerpo.

Conoce más: Alergias peligrosas, ¿qué medidas tomar?

En un pequeño estudio del año 2023 que evaluó a 72 personas alérgicas al polen de árboles, los investigadores hallaron que una mayor gravedad de los síntomas de la alergia se asociaba con un aumento de la frecuencia cardíaca en reposo al día siguiente.

También se ha descubierto que los medicamentos para la alergia, como los descongestionantes, pueden incrementar la frecuencia cardíaca como efecto secundario. Esto se debe a que estrechan los vasos sanguíneos de la nariz, lo que puede afectar funciones corporales básicas como la respiración y la frecuencia cardíaca.

RECUERDA: Si experimentas regularmente una frecuencia cardíaca rápida, es crucial que hables con un profesional de la salud para que te ayude a descartar cualquier problema de salud subyacente.

 

Fuente: Healthline