Planear un menú semanal no solo te ahorra tiempo y dinero, también te ayuda a mantener una alimentación equilibrada, variada y adecuada a tus necesidades. Con algunos principios básicos, es posible organizar tus comidas de manera práctica y saludable.

1. Incluye todos los grupos de alimentos

Cada comida debe tener una fuente de:

  • Carbohidratos complejos (como arroz integral, avena, papa o tortillas de maíz).
  • Proteínas (huevo, legumbres, pescado, pollo, carne magra o tofu).
  • Grasas saludables (aguacate, nueces, aceite de oliva).
  • Frutas y verduras de distintos colores y texturas.

Esta combinación asegura que tu cuerpo reciba los nutrientes que necesita cada día.

2. Varía tus preparaciones

Evita repetir los mismos platillos toda la semana. Rotar ingredientes y formas de preparación (horneado, asado, cocido, crudo) mantiene el menú interesante y reduce el riesgo de deficiencias nutricionales.

3. Planea por tiempos de comida

Organiza el menú considerando: desayuno, comida, cena y dos refrigerios. Así evitas omitir tiempos de comida y puedes distribuir mejor tu energía a lo largo del día.

5 consejos para comer saludable con bajo presupuesto

4. Considera tus horarios y necesidades

Adapta el menú a tu rutina, gustos y presupuesto. Si tienes poco tiempo entre semana, aprovecha el fin de semana para dejar listas algunas preparaciones clave, como verduras picadas, arroz cocido o legumbres ya hervidas.

5. Mantén equilibrio sin obsesionarte

No se trata de seguir un menú perfecto, sino funcional. Incluir uno o dos antojos a la semana también es parte de una relación saludable con la comida. La clave está en el balance general.

Armar un menú semanal balanceado te ayuda a comer mejor, evitar improvisaciones poco saludables y cuidar tu bienestar día a día. Con un poco de planificación, puedes lograr una dieta rica, variada y adecuada a tus objetivos.

 

Fuente: Plato del Bien Comer – Secretaría de Salud