Mantenerte activo mientras envejeces no requiere ser un atleta, solo moverte un poco cada día. Caminar es una de las formas más fáciles: da un paseo por tu vecindario, el parque o incluso dentro de casa si el clima no ayuda. Empieza con 10-15 minutos y aumenta el tiempo poco a poco según te sientas cómodo.

Prueba actividades suaves como el yoga, la natación o estiramientos, que cuidan tus articulaciones y mejoran tu equilibrio. También puedes incorporar movimiento en tu rutina diaria: sube escaleras en lugar del elevador, haz tareas como barrer o trabajar en el jardín. Si te gusta socializar, únete a clases de baile o grupos de caminata, ¡es más divertido en compañía!

Escucha a tu cuerpo y no te exijas de más. Si sientes dolor o cansancio, descansa y consulta a un médico antes de probar algo nuevo. Actividades como bailar al ritmo de tu música favorita no solo te mantienen en forma, sino que también te hacen sonreír. ¡Muévete a tu ritmo y disfruta!