El té verde es una de las bebidas más consumidas en el mundo y ha sido estudiado por sus múltiples beneficios para la salud. Uno de los más conocidos es su supuesto efecto sobre el metabolismo. ¿Qué tan cierta es esta afirmación y cómo se puede aprovechar de forma segura?
¿Qué compuestos lo hacen especial?
El té verde contiene catequinas, en especial el galato de epigalocatequina (EGCG), y una cantidad moderada de cafeína, dos sustancias que han demostrado tener un impacto sobre el gasto energético y la oxidación de grasas. Su combinación puede favorecer una ligera aceleración del metabolismo.
¿Qué dice la evidencia científica?
Algunos estudios han mostrado que el consumo regular de té verde puede aumentar temporalmente la termogénesis (producción de calor en el cuerpo) y promover la quema de grasa, especialmente cuando se combina con actividad física y una dieta saludable. Sin embargo, los efectos son modestos y varían entre personas.
No es una solución mágica para perder peso, pero puede ser un aliado complementario en un estilo de vida saludable. Además, se le atribuyen otros beneficios como mejorar la sensibilidad a la insulina y proteger frente a enfermedades cardiovasculares.
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¿Cómo tomarlo para aprovechar sus beneficios?
Para obtener sus efectos, se recomienda consumir entre 2 y 3 tazas de té verde al día, preferentemente sin azúcar. Lo ideal es prepararlo con agua caliente, sin llegar al punto de ebullición, para no destruir sus compuestos activos.
Evita tomarlo en ayunas o muy cerca de las comidas si eres sensible a la cafeína, y no lo combines con suplementos sin supervisión médica, ya que en exceso puede causar efectos adversos como insomnio, nerviosismo o molestias digestivas.
El té verde puede ser un complemento útil para cuidar tu metabolismo y salud general, siempre que se integre dentro de un patrón de alimentación equilibrado y un estilo de vida activo.
Fuente: National Institutes of Health