Aunque la carne roja es una fuente completa de proteínas, diversos estudios observacionales han vinculado su consumo con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas e infartos cerebrales.

Sin embargo, la investigación es contradictoria.

Algunos investigadores sugieren que estos efectos adversos para la salud podrían no estar asociados con todos los tipos de carne roja, sino más bien con la carne roja procesada.

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Por ejemplo, una revisión reciente reveló que la carne roja no aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas si se consume dentro de las porciones recomendadas.

No obstante, otra investigación dio a conocer que comer grandes cantidades de carne roja sin procesar se asoció con un aumento del 9% en el riesgo relativo de enfermedades del corazón, mientras que comer grandes cantidades de carne procesada se asoció con un aumento del 18%.

Con base en lo anterior, es importante señalar que estos riesgos para la salud no parecen estar relacionados con el consumo de pescado o carnes magras como el pavo y el pollo.

 

Fuente: Healthline