Comer saludable no siempre requiere habilidades culinarias complejas. Si cocinar no es lo tuyo, existen estrategias simples que te permiten mantener una alimentación balanceada sin pasar horas en la cocina. Aquí te damos cinco consejos prácticos.

1. Elige alimentos listos para consumir, pero nutritivos

Hoy en día hay muchas opciones saludables listas para comer. Frutas lavadas, vegetales precortados, legumbres cocidas enlatadas (sin sal añadida) o pescado enlatado al natural pueden formar parte de tus comidas sin necesidad de preparación.

2. Invierte en alimentos congelados de calidad

Los vegetales congelados, las mezclas de frutas para smoothies o las proteínas cocidas y congeladas pueden ser grandes aliados. Estos productos conservan sus nutrientes y sólo requieren calentarse o combinarse con otros ingredientes simples para tener un platillo completo.

3. Opta por comidas sencillas de ensamblar

En lugar de recetas elaboradas, piensa en “combos” fáciles: por ejemplo, pan integral + atún + aguacate, o yogur natural + avena + fruta. Sólo necesitas juntar los ingredientes sin necesidad de cocinar.

4. Planea con anticipación y repite combinaciones

Tener una pequeña lista de comidas repetibles facilita las decisiones diarias. Planear 2 o 3 ideas por tiempo de comida y repetirlas con variaciones simples (como cambiar la fruta o el tipo de pan) reduce la carga de pensar qué comer cada día.

5. Usa utensilios prácticos y ahorradores de tiempo

Aparatos como el microondas, una vaporera o una freidora de aire pueden ayudarte a preparar alimentos saludables sin complicarte. Estos utensilios simplifican la cocción y te permiten evitar frituras o métodos menos saludables.

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No necesitas ser chef para cuidar tu alimentación y comer saludable. Con elecciones inteligentes y accesibles, puedes mantener una dieta equilibrada incluso si no te gusta cocinar.

 

Fuente: Academy of Nutrition and Dietetics