El yogur es una fuente popular de probióticos, las bacterias vivas y levaduras «buenas» que requieres para contrarrestar las bacterias dañinas en tu intestino. Un equilibrio microbiano adecuado mejora la digestión, bloquea los organismos peligrosos que pueden causar infecciones y fortalece tu sistema inmunológico. Asimismo, ayuda a tu cuerpo a absorber nutrientes vitales de los alimentos.

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Pero, ¿y si no te gusta el yogur? Aquí te mencionamos dos alternativas probióticas que no deben faltar en tu dieta:

  1. Miso. Un ingrediente popular en la cocina japonesa, el miso es una pasta hecha de soya fermentada con arroz integral. Tiene un sabor fuerte y salado, así que con un poco es suficiente. Úsalo en salsas para mojar, úntalo sobre tostadas o añádelo a marinados para pescado, carnes y verduras.
  2. Tempeh. El tempeh es un pastel hecho de soya fermentada con una textura más firme que el tofu. Es un sustituto popular de la carne. Pruébalo como hamburguesa vegetariana o añádelo a la salsa para pasta. El tempeh suele venir precocido y listo para comer.

 

Fuente: Harvard Medical School