El sedentarismo infantil se ha vuelto una preocupación creciente, sobre todo por el aumento del tiempo frente a pantallas. Promover el movimiento en los niños no solo mejora su salud física, también influye en su desarrollo cognitivo, emocional y social. Fomentar hábitos activos desde la infancia es clave para prevenir enfermedades a largo plazo.

1. Limita el tiempo frente a pantallas

Uno de los principales factores del sedentarismo infantil es el uso excesivo de dispositivos electrónicos. Se recomienda que los niños pasen menos de dos horas al día frente a pantallas recreativas. Establecer horarios y ofrecer otras alternativas de juego físico puede marcar una gran diferencia.

2. Integra el movimiento a la rutina diaria

No es necesario apuntar al niño a múltiples deportes. Caminar a la escuela, usar escaleras o bailar en casa son formas efectivas y naturales de moverse. Involucrarlos en tareas del hogar también es una manera de mantenerlos activos.

3. Ofrece actividades divertidas y variadas

La clave para que un niño se mantenga en movimiento es que lo disfrute. Juegos al aire libre, bicicletas, patines, brincar la cuerda o deportes en equipo son buenas opciones. La variedad permite que descubran qué les gusta más y se mantengan motivados.

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4. Sé un modelo activo

Los niños aprenden con el ejemplo. Si los adultos tienen una vida activa, es más probable que ellos también lo hagan. Salir a caminar juntos, jugar en el parque o hacer actividades físicas en familia refuerza el hábito y fortalece los vínculos afectivos.

5. Crea un entorno que promueva el movimiento

Acondicionar espacios seguros dentro o fuera del hogar donde el niño pueda moverse libremente es fundamental. Evitar obstáculos físicos y facilitar el acceso a juegos activos estimula su deseo natural de explorar y moverse.

Incentivar el movimiento desde la infancia contribuye al desarrollo integral del niño. Al combinar límites saludables con oportunidades divertidas de actividad física, es posible construir una base sólida para una vida activa y saludable.

 

Fuente: Organización Mundial de la Salud