El momento del día en que se consumen los alimentos puede influir en la forma en que el cuerpo procesa la energía. Además de qué se come, el cuándo también es un factor importante en la regulación del metabolismo y la acumulación de grasa corporal.
1. Comer tarde puede alterar el ritmo metabólico
Diversos estudios han demostrado que comer en horarios tardíos, especialmente después de las 9 p.m., puede estar asociado con mayor ganancia de grasa corporal. Esto se debe a que el metabolismo se ralentiza por la noche, y el cuerpo tiende a almacenar en lugar de quemar energía.
2. Distribuir las comidas a lo largo del día ayuda a controlar el apetito
Mantener horarios estables y comer a intervalos regulares —cada 3 o 4 horas— contribuye a un mejor control del apetito. Saltarse comidas o comer a deshoras puede provocar atracones o elecciones poco saludables más tarde.
3. El desayuno: una comida clave para el metabolismo
Iniciar el día con un desayuno equilibrado activa el metabolismo y mejora el control del peso. Quienes desayunan tienden a consumir menos calorías en el resto del día. Retrasar o evitar esta comida puede desajustar el reloj biológico y afectar la quema de grasa.
4. La cena debe ser ligera y al menos 2 horas antes de dormir
Para evitar que el cuerpo almacene lo que no logra digerir antes del descanso, se recomienda cenar temprano y optar por alimentos fáciles de digerir, con bajo contenido en grasas y azúcares simples. Esto también mejora la calidad del sueño.
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Comer con consciencia del ritmo circadiano —es decir, del reloj interno del cuerpo— puede favorecer un mejor uso de la energía, evitar acumulaciones innecesarias de grasa y contribuir a una salud metabólica más estable.
Fuente: National Institutes of Health