Es posible que conozcas las algas marinas como el envoltorio de tu rollo de sushi favorito. Aunque las personas de las culturas asiáticas y del Pacífico han estado comiendo algas durante siglos, su popularidad ha aumentado como una opción alimenticia sabrosa y nutritiva en todo el mundo.
La composición nutricional exacta de las algas varía según el tipo que estés comiendo. Sin importar el tipo que elijas, las algas son bajas en calorías, grasas y azúcar, y a nivel general son una buena fuente de minerales y sustancias químicas vegetales conocidas como fitoquímicos. Los nutrientes que pueden contener las algas incluyen hierro, magnesio, vitamina A, vitamina C, vitamina B9, yodo, vitamina K, fibra, DHA y EPA (ácidos grasos omega-3 saludables), potasio y fitoquímicos que incluyen polifenoles y carotenoides. Consulta la etiqueta de información nutricional para ver qué cantidad de cada nutriente se encuentra en ese producto específico (y verifica el tamaño de la porción para saber cuánto debes comer para obtener tales cantidades).
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Posibles beneficios para la salud de las algas marinas
Algunas investigaciones han vinculado las algas marinas con un menor riesgo de problemas cardíacos, propiedades anticancerígenas, control del azúcar en sangre y una función tiroidea saludable. Sin embargo, se requieren más estudios de alta calidad en humanos para saber si el consumo de algas marinas contribuye a estos beneficios y en qué medida.
¿Cómo incorporarlas a tu dieta?
Puedes comprar algas marinas, especialmente bocadillos de algas marinas (que suelen ser pequeñas láminas de nori seco, del tipo que se usa en los rollos de sushi) en muchos supermercados convencionales. Puedes disfrutarlas directamente del paquete.
Para incorporar algas marinas secas a los alimentos cocinados, remójalas en agua durante unos minutos y después:
- Úsalas para dar sabor a caldos y sopas.
- Mézclalas con aceite de sésamo, vinagre de vino de arroz y pepino o lechuga para hacer una ensalada rápida de algas marinas.
- Saltéalas con ajo.
- Envuélvelas secas alrededor de arroz y pescado para hacer tu propio rollo de sushi.
- Agrégalas a platos de fideos y guisados.
- Añádelas a platos salteados.
Fuente: Harvard Medical School