Al igual que las adenoides y las amígdalas, el bazo está formado por tejido linfoide. Este filtra la sangre, eliminando organismos infecciosos, células sanguíneas que han envejecido y otras células anormales que viajan a través del torrente sanguíneo. Pero a veces, el bazo se vuelve hiperactivo y comienza a eliminar células sanas.
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Por ejemplo, la enfermedad llamada púrpura trombocitopénica idiopática (PTI) puede desarrollarse cuando las plaquetas (células sanguíneas coagulantes que previenen el sangrado excesivo) se eliminan de la circulación. Con pocas plaquetas en el torrente sanguíneo, los hematomas y el sangrado pueden poner en peligro la vida. Aunque los medicamentos pueden ayudar, puede ser necesaria la extirpación del bazo (esplenectomía). En ocasiones, un traumatismo en el bazo, especialmente después de lesiones deportivas y accidentes automovilísticos, causa hemorragia interna, que puede conducir a una esplenectomía.
Las personas que carecen de bazo son más propensas a ciertas infecciones. Entonces, si la extirpación no es urgente, se recomiendan varias vacunas antes de la esplenectomía.
Fuente: Harvard Medical School