El color de los alimentos los hace más atractivos, pero no sólo eso, también refleja su composición nutricional. Los pigmentos naturales presentes en frutas y verduras están relacionados con distintos beneficios para la salud. Consumir una variedad de colores en la dieta ayuda a obtener una amplia gama de nutrientes esenciales.
Colores y sus beneficios nutricionales
1. Rojo: protección cardiovascular y antioxidantes. Los alimentos rojos, como el tomate, la sandía y las fresas, contienen licopeno y antocianinas, poderosos antioxidantes que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y protegen las células del daño oxidativo.
2. Naranja y amarillo: salud ocular y sistema inmunológico. Frutas y verduras como la zanahoria, el mango y la calabaza son ricas en betacarotenos y vitamina C. Estos nutrientes favorecen la salud de la vista, la piel y refuerzan las defensas del cuerpo.
3. Verde: desintoxicación y fortalecimiento óseo. Espinaca, brócoli, aguacate y otras verduras de hoja verde aportan clorofila, fibra, hierro y calcio. Estos compuestos ayudan a eliminar toxinas del cuerpo y fortalecen los huesos.
4. Azul y morado: memoria y longevidad. Los alimentos morados, como las moras, las uvas y la berenjena, contienen antocianinas, que favorecen la salud cerebral, mejoran la memoria y protegen contra el envejecimiento prematuro.
5. Blanco y marrón: fortalecimiento del sistema inmunológico. Ajo, cebolla, champiñones y frutos secos aportan compuestos sulfurosos y flavonoides, que ayudan a reducir la inflamación y fortalecen el sistema inmunológico.
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Incluir una amplia variedad de colores en la alimentación asegura la ingesta de diferentes vitaminas, minerales y antioxidantes, promoviendo una mejor salud. Comer «de todos los colores» no solo hace los platos más atractivos, sino también más nutritivos.