La mejor manera de que mamá y papá mantengan sano el sistema inmunológico de sus niños es, básicamente, tomar las medidas necesarias para dicho fin. Por más aburrido que suene, es algo comprobado.
Esto es lo que deben hacer:
1. Denles una dieta saludable
Debe incluir muchas frutas y verduras (se recomiendan cinco porciones al día y deben ocupar la mitad de cada plato de comida), cereales integrales y proteínas magras. Una dieta saludable también debe incluir productos lácteos u otra fuente de calcio y grasas saludables como los aceites vegetales.
Los alimentos que se deben evitar son los alimentos procesados, los alimentos con azúcar agregada y los alimentos con grasas no saludables, como las grasas saturadas que se encuentran en los productos animales.
2. Asegúrense de que duerman lo suficiente
La cantidad de sueño que necesita un niño varía según la edad (de 12 a 16 horas al día para los bebés a ocho a 10 horas para los adolescentes), y también de un niño a otro (algunos simplemente necesitan más horas que otros).
Conoce más: Vacunas, ¿debilitan o fortalecen el sistema inmune de los niños?
3. Hagan que sean activos
Los niños deberían estar activos durante una hora al día. «Activo» no tiene por qué significar practicar un deporte o ir al gimnasio; puede ser jugar en el patio de recreo o salir a caminar.
4. Controlen el estrés
El estrés nos hace menos saludables y más propensos a las infecciones. Asegúrense de que los niños tengan tiempo libre para jugar y acceso a actividades y personas que los hagan felices.
5. Asegúrense de que estén al día con las vacunas importantes
Las vacunas nos protegen de todo tipo de enfermedades. Acudan con el pediatra para saber si su hijo(a) está al día con las vacunas. Se recomienda la vacuna contra la gripe todos los años para todas las personas de 6 meses de edad o más.
6. No olviden las precauciones simples
Todos los miembros de la familia pueden tomar precauciones simples para ayudar a mantenerse sanos. Lávense las manos. Cúbranse la boca y la nariz con el codo. Manténganse alejados de las personas enfermas en la medida de lo posible. Las mascarillas o cubrebocas también pueden ayudar, especialmente en espacios cerrados llenos de gente.
Fuente: Harvard Medical School