Para tratar la hipertensión resistente, es posible que debas intensificar tus hábitos saludables para maximizar sus efectos. Comienza por llevar una dieta basada en plantas con bajo contenido de sal; intenta consumir menos de 2,400 miligramos (mg) de sal al día. También debes dormir al menos siete horas por noche, limitar el alcohol, evitar fumar y mantener un peso saludable. En ocasiones, perder solo de 1 a 5 kilos puede marcar una diferencia significativa en la presión arterial de las personas con sobrepeso.

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Y si no haces mucho ejercicio, es hora de comenzar. El ejercicio mejora la salud cardiovascular de muchas maneras. Y un pequeño ensayo aleatorizado sugiere que el ejercicio aeróbico (el tipo de actividad física que hace que el corazón y los pulmones bombeen) puede ser otro tratamiento eficaz para la hipertensión resistente.

En el estudio, las personas que caminaron, anduvieron en bicicleta o ambas cosas (durante 40 minutos, tres veces por semana, durante 12 semanas) redujeron su presión arterial en siete puntos en el número superior (sistólico) de su medición de presión arterial y cinco puntos en el número inferior (diastólico) de la medición, en comparación con las personas que no realizaron ejercicio.

 

Fuente: Harvard Medical School