El ejercicio regular puede ser útil para tratar y prevenir la osteoporosis. La práctica de actividad física ejerce presión sobre los huesos, lo que estimula al cuerpo a depositar calcio en ellos y aumenta la densidad ósea. Además, el ejercicio estimula la actividad de las células formadoras de hueso, fortaleciendo todavía más los huesos.

Un programa de ejercicios para la osteoporosis debe incluir ejercicios de carga de peso, equilibrio y flexibilidad.

Los ejercicios de carga de peso obligan al cuerpo a trabajar contra la gravedad, lo que ayuda a fortalecer los huesos. Algunos ejemplos incluyen caminar, subir escaleras, jugar al tenis y bailar, así como el entrenamiento de fuerza, como levantar pesas libres, usar una máquina de pesas, trabajar con bandas de resistencia y ejercicios de peso corporal.

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Los ejercicios de equilibrio y flexibilidad mejoran la capacidad para mantenerte erguido(a), manteniendo los músculos flexibles y las articulaciones móviles, lo que también ayuda a reducir el riesgo de caídas. Algunos ejemplos son el tai chi, el yoga y los estiramientos.

Si has experimentado una fractura previa o tienes alguna inquietud de salud con respecto a tu capacidad para realizar ejercicio de manera segura, es una buena idea consultar a tu médico antes de comenzar un programa de ejercicios y considerar la posibilidad de recibir orientación de un fisioterapeuta o entrenador experimentado.

 

Fuente: Harvard Medical School