Las temperaturas promedio alrededor del mundo se han disparado durante 2024, superando los récords establecidos el año pasado. El calor extremo plantea numerosos riesgos para la salud, algunos de los cuales son visibles en nuestra piel. Comprender cómo afecta el calor a la piel puede ayudarte a tomar medidas para prevenir o aliviar el sarpullido por calor, el eccema, la rosácea, la decoloración del melasma y muchas otras afecciones cutáneas provocadas o que empeoran por las altas temperaturas.
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Concretamente, las olas de calor pueden provocar o empeorar varias afecciones de la piel, las cuales incluyen:
- Miliaria. Se produce debido a la obstrucción de los conductos sudoríparos de la piel, que son los responsables de ayudar al cuerpo a mantener una temperatura normal mediante la liberación de agua hacia la superficie de la piel. Cuando estas glándulas sudoríparas se bloquean con el sudor excesivo en un día extremadamente caluroso, no funcionan correctamente y aparecen bultos rojos que pican.
- Enfermedad de Grover. Una erupción de bultos pequeños, rojos y que pican en el pecho y la espalda, también puede desencadenarse o empeorar por el calor y la sudoración excesivos. Con frecuencia, esto desaparece en unas pocas semanas o meses. Con menos frecuencia, los síntomas pueden persistir durante años, con brotes durante los meses de verano.
- Eccema. Una afección crónica de la piel que se caracteriza por placas secas que pican y que afecta a millones de personas en todo el mundo. El aumento de la sudoración durante las olas de calor puede provocar irritación e inflamación de la piel, lo que agrava los síntomas del eccema. La deshidratación causada por la pérdida de líquidos a través de la sudoración puede hacer que la piel sea más susceptible a los brotes de eccema.
- Rosácea. Provoca enrojecimiento facial, vasos sanguíneos visibles y protuberancias similares al acné. También es sensible al calor. El calor hace que los vasos sanguíneos se dilaten a medida que el cuerpo intenta enfriarse, lo que produce enrojecimiento y rubor visibles. Las altas temperaturas, especialmente combinadas con la exposición al sol, pueden provocar brotes.
- Melasma. Los trastornos de hiperpigmentación como el melasma también empeoran con el calor. Se caracteriza por manchas oscuras irregulares en la cara y usualmente se desencadena por la exposición a los rayos UV del sol. El calor puede aumentar la actividad de los melanocitos, las células que producen pigmento, haciendo que estas manchas sean más pronunciadas. Además, los efectos combinados del calor y la radiación UV aceleran la degradación del colágeno y la elastina, lo que conduce al envejecimiento prematuro y la pérdida de elasticidad de la piel.
- Riesgo de cáncer de piel. Aumenta con una mayor exposición a la radiación UV. Las olas de calor, que ahora comienzan antes, terminan más tarde y duran más, contribuyen a la exposición a los rayos UV, especialmente entre las personas que trabajan al aire libre. Y la investigación preliminar sugiere que la exposición prolongada a altas temperaturas puede aumentar todavía más el riesgo de cáncer de piel. Esto podría ser de especial preocupación para por ejemplo los bomberos, que se enfrentan a una exposición prolongada al calor extremo.
Fuente: Harvard Medical School