Una fractura capilar suele ser consecuencia de una lesión y puede causar hinchazón y dolor. El tratamiento generalmente consiste en aplicar hielo en la zona afectada.
La mayoría de las fracturas capilares se deben a un uso excesivo o a una actividad repetitiva. Un incremento de la duración o la frecuencia de la actividad puede provocar una fractura capilar.
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Asimismo, existen varios factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrir una fractura capilar. Estos incluyen:
- Ciertos deportes: los participantes en deportes de alto impacto, como atletismo, baloncesto, tenis, danza, ballet, corredores de larga distancia y gimnasia, aumentan sus probabilidades de sufrir una fractura capilar.
- Sexo: las mujeres, sobre todo las que no experimentan períodos menstruales, tienen un mayor riesgo de sufrir fracturas capilares. De hecho, las atletas femeninas pueden tener un mayor riesgo debido a una afección llamada “tríada de la atleta femenina”. En este caso, las dietas y el ejercicio extremos pueden provocar trastornos alimentarios, disfunción menstrual y osteoporosis prematura. A medida que esto se desarrolla, también lo hace la probabilidad de que una atleta femenina sufra lesiones.
- Problemas en los pies: el calzado problemático puede provocar lesiones. También pueden ocasionar arcos altos, arcos rígidos o pies planos.
- Huesos debilitados: afecciones como la osteoporosis o medicamentos que afectan la densidad y la fuerza óseas pueden causar fracturas capilares incluso al realizar actividades diarias normales.
- Fracturas capilares previas: tener una fractura capilar previa aumenta las probabilidades de tener otra.
- Falta de nutrientes: la falta de vitamina D o calcio puede hacer que los huesos sean más susceptibles a las fracturas. Las personas con trastornos alimentarios también corren riesgo por dicho motivo. Además, puede haber un mayor riesgo de esta lesión durante los meses de invierno, cuando es posible que no obtengas suficiente vitamina D.
- Técnica inadecuada: las ampollas, los juanetes y la tendinitis pueden afectar la manera en la que corres, alterando los huesos que se ven afectados por determinadas actividades.
- Cambios en la superficie: los cambios en las superficies de juego pueden ocasionar una tensión indebida en los huesos de los pies y las piernas. Por ejemplo, un jugador de tenis que cambia de una cancha de césped a una cancha dura puede desarrollar lesiones.
- Equipamiento inadecuado: un calzado para correr de mala calidad puede contribuir a la probabilidad de sufrir una fractura capilar.
RECUERDA: La fractura por estrés, también conocida como fractura capilar, es una pequeña grieta que se produce en un hueso debido a un uso excesivo o a acciones repetitivas.
Fuente: Healthline