Los patrones que se desarrollan durante la infancia pueden dar forma a la relación de un adulto con la comida y sentar las bases para que tenga hábitos alimenticios saludables.

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Las comidas familiares regulares pueden ser parte de ese proceso, brindando a los padres y tutores la oportunidad de incluir alimentos más nutritivos en las dietas de sus familias y modelar prácticas de alimentación positivas, con beneficios comprobados como los que mencionamos a continuación:

  1. Mejor nutrición. Las comidas familiares suelen incluir más frutas y verduras que la comida rápida o la comida informal de un restaurante Muchas investigaciones han descubierto que las comidas familiares regulares aumentan la ingesta general de alimentos ricos en calcio, frutas y verduras, fibra, folato y vitaminas A, C, E y B6.
  2. Comportamientos más saludables. Las comidas en familia nutren y fortalecen más que el cuerpo. Esto porque los estudios de investigación muestran que comer juntos con regularidad puede reducir la posibilidad de que un niño o adolescente se involucre en comportamientos riesgosos como el consumo de tabaco, alcohol y marihuana.
  3. Una alimentación más inteligente de por vida. Preparar la comida en casa y disfrutarla con los miembros de la familia puede ayudar a los niños a aprender más sobre los nutrientes, la sostenibilidad, las técnicas de cocina y otros aspectos de la nutrición que pueden dar forma a sus elecciones de alimentos conforme van creciendo..
  4. Mantenerse más protegidos contra las alergias alimentarias. Debido a que muchos niños actualmente tienen alergias y sensibilidades alimentarias, aprender a preparar comidas es una habilidad valiosa para aprender en casa. Si tu hijo(a) tiene alergia a los alimentos o sensibilidad a los mismo, aprender a cocinar con sustitutos seguros es una gran habilidad para enseñarles. Pueden sentirse más independientes sabiendo qué ingredientes están bien y cómo usarlos en los alimentos que disfrutan.

 

Fuente: Johns Hopkins Medicine