Conservar la leche materna suele ser uno de los temas que más preguntas generan entre las mamás, en especial cuando acaban de tener a su primer bebé y deben regresar al trabajo.
El almacenaje y la conservación de la leche materna se debe abordar con el mayor cuidado posible, pues se trata de la principal fuente de alimento de los bebés.
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Para conservar la leche materna de forma segura, los especialistas de la Fundación Nemours recomiendan los siguientes consejos:
1. Refrigerar y/o congelar
La mejor forma de conservar la leche materna es refrigerándola o congelándola. Se recomienda almacenarla en botellas transparentes con tapas de rosca, vasos plásticos duros con tapas herméticas o en bolsas especiales para leche materna. Es aconsejable etiquetar cada envase con la fecha en la que se extrajo la leche.
2. Tiempo de conservación
La leche materna se puede conservar a temperatura ambiente durante 6 a 8 horas, aproximadamente (a temperaturas no mayores de 25 °C). Siendo almacenada en un refrigerador (temperaturas entre 0 y 3.9 °C) puede conservarse hasta por 5 días.
También se puede conservar congelada. Puede mantenerse fresca hasta por 2 semanas en un congelador común. Solo se debe asegurar de dejar unos centímetros de espacio libre en la parte superior del recipiente o el biberón, para permitir que la leche se expanda al congelarse.
3. Cantidad
Lo más recomendable es que las mamás conserven porciones de entre 59 y 118 ml de leche materna, para no desperdiciarla.
4. Cambio de color
Cuando la leche materna se congela o refrigera, esta puede llegar a verse diferente de la leche materna fresca. Esto no significa que esté en mal estado. Es común que la leche materna se vea inicialmente con un tinte anaranjado y que la leche madura tenga un aspecto levemente azulado, amarillo o marrón cuando se refrigera o congela.
5. ¿Cómo calentarla?
Debido a que el horno de microondas puede crear ‘zonas calientes’ peligrosas en los biberones, nunca se debe calentar la leche materna es estos aparatos. La opción ideal es colocar el biberón o la bolsa bajo un chorro de agua tibia durante un rato, mover la bolsa o el biberón en un bol con agua tibia o descongelar la leche en el refrigerador.
Vía: Kid’s Health
