Además de prevenir la contaminación de suelos, aguas y atmósfera, el uso de residuos caseros para generar composta ayuda a cuidar nuestro jardín. De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), los materiales idóneos para hacer composta son los desperdicios orgánicos, como cáscaras de huevo, restos de frutas y verduras, tallos frescos y hojas secas, además de abonos verdes.

La dependencia recomienda adecuar la composta en un hoyo cavado —si tienes jardín—, o bien en una bolsa o bote de plástico, cemento, malla de alambre, acero inoxidable o madera.

Recomendaciones

  1.  Coloca en el interior del bote una capa de tierra vegetal.
  2. Agrega una capa de carbón.
  3. Mezcla varias capas del resultante de pasto podado con residuos de corteza, podas de tallos jóvenes y papel troceado, en una proporción de 1 a 2. El estiércol y hojarasca seca del año anterior sirve como activador de la fermentación y se puede agregar al material, también en capas alternativas.
  4. Vigila que no se pudra controlando la fermentación. De vez en cuando, toma un puñado de composta con la mano y apriétalo. Si escurre líquido, corre peligro de pudrirse. Incorpora material seco y dale forma de nuevo.

* Toma en cuenta que cada capa no debe superar los 20 cm. El compostador deberá estar ventilado y con aberturas para que funcione la descomposición. Recuerda que la humedad resulta vital. Considera una temperatura de 40-60ºC, con el fin de eliminar los gérmenes y obtener una composta de calidad.

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¿Qué no debo colocar?

  • Excremento de animales domésticos y personas.
  • Ceniza y aserrín de madera tratada o aglomerados.
  • El polvo resultado de barrer el piso doméstico.
  • Cualquier material que no sea orgánico y biodegradable: plásticos, vidrio y aluminio.
  • Carne, huesos y pescado, plantas y frutos enfermos o gran cantidad de vegetales podridos, cebollas y ajos.

Si lo haces en primavera-verano, estará listo en 3 meses. En caso de comenzar en invierno, podrás usarlo después de 6 meses. Para ver si ya está en su punto, toma un puñado con la mano. Deberá tener un color marrón o negruzco, olor a bosque y estar frío, debido a la falta de actividad microbiana.

Una vez listo, puedes guardarlo en bolsas o sacos cerrados herméticamente. ¡Aplícalo una vez al año!

 

Vía: Notimex/ Secretaría del Medio Ambiente