El cáncer colorrectal es la segunda causa de muerte por cáncer en Estados Unidos, solo detrás del cáncer de pulmón, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de dicho país.
Unos 140,000 estadounidenses contraen cáncer colorrectal cada año, lo que resulta en más de 50,000 muertes, dice la agencia.
Tu riesgo de desarrollar cáncer colorrectal aumenta a medida que envejeces. Y debido a que es posible que no tengas síntomas (pues no surgen enseguida), el CDC generalmente recomienda realizar exámenes de detección después de los 50 años (antes de los 50 años si tienes un riesgo mayor).
¿De qué otra forma puedes reducir tu riesgo? El CDC ofrece estos tips:
- Llevar un estilo de vida activo.
- Mantener un peso saludable.
- Evitar beber demasiado alcohol.
- No fumar.
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Recuerda que el cáncer colorrectal es el que se origina en el colon o el recto. A este se le puede llamar cáncer de colon o cáncer de recto (rectal) dependiendo del lugar donde se origine. El cáncer de colon y el cáncer de recto a menudo se agrupan debido a que tienen muchas características en común.
La mayoría de los cánceres colorrectales comienzan como un crecimiento llamado pólipo en el revestimiento interno del colon o recto. Algunos pólipos pueden convertirse en cáncer después de varios años, pero no todos los pólipos se convierten en cáncer. Las probabilidades de transformarse en un cáncer dependen del tipo de pólipo y de algunas características, que incluyen: tamaño (mayor a 1 cm), número de veces encontrado (más de dos), y si se observa displasia (lesión precancerosa) en el pólipo después de extirparlo.
Acude con el médico si padeces los siguientes síntomas, ya que son indicadores de este cáncer:
- Un cambio en los hábitos de evacuación como diarrea, estreñimiento o reducción del diámetro de las heces fecales (excremento) por varios días.
- Una sensación de que necesitas defecar que no desaparece después de tener una evacuación.
- Sangrado rectal con sangre roja brillante.
- Sangre en las heces fecales que puede causar que las heces se vean oscuras.
- Cólicos o dolor abdominal.
- Debilidad y cansancio.
- Pérdida inexplicable de peso.
