Sólo porque no necesariamente es posible ver o probar el agua contaminada, no significa que no haya un riesgo para tu salud.

Para que obtengas un agua casera más limpia, el Grupo de Trabajo Ambiental de Estados Unidos te sugiere hacer lo siguiente:

  1. Investiga la presencia de posibles contaminantes en el suministro local de agua.
  2. Busca un filtro que elimine los contaminantes en tu suministro, y que se ajuste a tu presupuesto.
  3. Para beber agua de la llave, opta por una botella de agua reutilizable, de acero inoxidable o de plástico libre de bisfenol A (BPA), pues dicho compuesto se mezcla con el agua y puede alterar el sistema endocrino.

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Es un hecho que el agua que sale de tu llave puede no ser tan limpia como debiera. Por ello, si tienes inquietudes inmediatas en cuanto al agua de tu hogar, un filtro de agua certificado por una empresa independiente puede fungir como un buen remedio temporal para la llave de tu cocina o de cualquier parte de tu casa.

Existen filtros que están hechos para producir agua más clara y de mejor sabor, mientras que otros funcionan para eliminar contaminantes que podrían afectar tu salud.

No olvides que en muchas ciudades los adultos sanos pueden beber agua de la llave, sin embargo es importante conocer el estado del agua en el lugar donde vives o al cual viajes. También recuerda que, las mujeres embarazadas, los niños pequeños, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunológicos debilitados son particularmente vulnerables a algunos contaminantes en el agua de la llave, de ahí que quizás sí requieras instalar un filtro para cuidar de los tuyos.

 

Vía: Health Library / NRDC