La diabetes puede causar daños en nervios y vasos sanguíneos de los pies. Como resultado, es posible que estos no sanen bien si se lesionan. Lo ideal es mantener buenos hábitos de higiene y cuidado en esta área tan delicada, así como usar calzado cómodo y acudir al podólogo para evitar complicaciones.

“Rápidamente, las heridas se convierten en úlceras; éstas crecen en tamaño por la presencia de bacterias y se hacen profundas hasta llegar a lesionar tendones y huesos, ocasionando infección del hueso, denominada osteomielitis. Una úlcera que no cierra se infecta y una infección, frecuentemente, genera gangrena”, señaló Irma Ceja Martínez, especialista en Endocrinología y Nutrición.

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La Federación Internacional de Diabetes y la Asociación Americana de Diabetes (IFD y ADA por sus siglas en inglés) recomiendan revisar e inspeccionar los pies. Para prevenir callosidades, grietas y áreas resecas, es importante seguir ciertas medidas de higiene.

1. Lava tus pies todos los días con agua tibia y jabón suave.

  • Verifica la temperatura del agua con las manos o el codo.
  • Seca tus pies suavemente, sobre todo entre los dedos.
  • Usa loción, vaselina, lanolina o aceite sobre la piel seca —evita hacerlo entre los dedos—.

2. Recorta las uñas de tus pies con mucho cuidado.

  • Remoja los pies en agua tibia para ablandar la uña antes de recortarla.
  • Corta la uña en forma recta —las uñas curvas tienen mayor probabilidad de resultar encarnadas—.
  • Verifica que el borde de cada uña no ejerza presión dentro de la piel del siguiente dedo.

3. Visita a un podólogo para que trate las callosidades. Si vas a hacerlo en casa:

  • Utiliza una piedra pómez para eliminar dichos callos. Hazlo después de una ducha, cuando la piel está suave.
  • Evita el uso de almohadillas medicadas. De igual forma, procura no cortarlos.

 

Vía: Notimex/ Medline Plus