El monóxido de carbono es un gas insípido, incoloro e inodoro que se encuentra en los humos de los combustibles que contienen carbono, como por ejemplo la madera, el carbón y la gasolina. La intoxicación por monóxido de carbono es una enfermedad potencialmente mortal que ocurre cuando las personas respiran dicho gas, así lo señala la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

Los síntomas varían según la concentración de monóxido de carbono en el medio ambiente, el tiempo que la persona esté expuesta y su salud. Por ello, si te expones a niveles muy altos de monóxido de carbono en una habitación con poca ventilación, la escuela advierte que puedes desarrollar:

  1. Dolor de cabeza
  2. Falta de aliento
  3. Cambios de personalidad
  4. Comportamiento inusualmente emocional o cambios extremos en las emociones
  5. Fatiga
  6. Malestar (sentirse enfermo)
  7. Mareo
  8. Torpeza o dificultad para caminar
  9. Problemas de la vista
  10. Confusión y juicio deteriorado
  11. Náuseas y vómitos
  12. Respiración rápida
  13. Dolor de pecho
  14. Latidos cardíacos rápidos o irregulares

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¿Cómo afecta el monóxido de carbono a nuestro cuerpo?

De acuerdo con la institución, una vez que se inhala el monóxido de carbono, este pasa de los pulmones al torrente sanguíneo, donde se une a las moléculas de hemoglobina que normalmente transportan oxígeno. El oxígeno no puede viajar en una molécula de hemoglobina que ya tiene un monóxido de carbono unido. Conforma continúa la exposición, el gas secuestra más y más moléculas de hemoglobina, y la sangre pierde gradualmente su capacidad de transportar suficiente oxígeno para satisfacer las necesidades de tu cuerpo. Sin suficiente oxígeno, las células individuales se sofocan y mueren, especialmente en órganos vitales como el cerebro y el corazón. El monóxido de carbono también puede actuar directamente como un veneno, interfiriendo con las reacciones químicas internas de las células.

Por lo anterior y si presentas cualquiera de los síntomas antes citados, es importante que acudas al médico a la brevedad o al servicio médico de emergencias, dependiendo de qué tan mal te sientas.

 

Vía: Harvard Medical School