Los alimentos sólidos deben introducirse alrededor de los seis meses de edad para satisfacer las crecientes necesidades nutricionales y de desarrollo de tu bebé. Sin embargo, la lactancia materna debe continuar hasta los doce meses de edad o más, o durante el tiempo que la madre y el niño lo deseen, así lo señala el Departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno del Estado de Victoria, en Australia.

Diferentes sociedades tienen sus propias tradiciones sobre qué alimento es más apropiado para comenzar a alimentar a un bebé. No obstante, solo deben fomentarse los alimentos y métodos de preparación culturalmente apropiados que sean nutricionalmente adecuados.

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A medida que un bebé deja gradualmente la leche, ya sea materna o de fórmula, y se introduzcan nuevos sólidos, puede haber una reducción de las reservas corporales de hierro. Por ello y para mantener las reservas corporales de nutrientes, el departamento aconseja lo siguiente:

  1. Dale a tu bebé alimentos ricos en hierro y zinc, como cereales para bebés enriquecidos con hierro, purés de carnes y platos de aves de corral, tofu simple cocido y legumbres, como frijoles, soya y lentejas. Los cereales a base de arroz enriquecidos con hierro se recomiendan con frecuencia como el primer alimento introductorio, ya que aporta el beneficio adicional de un menor riesgo de reacciones alérgicas.
  2. Los alimentos se pueden introducir en cualquier orden, siempre que la textura sea adecuada para la etapa de desarrollo de tu bebé. Los alimentos varían desde frutas y verduras (por su contenido de vitaminas y minerales) hasta carne, pollo, pescado y huevos enteros.
  3. No agregues sal, azúcar o miel a la comida de tu bebé. Es innecesario.
  4. Evita la leche de vaca como bebida en los primeros 12 meses. Se pueden usar pequeñas cantidades en cereales y natillas. Toda la leche utilizada debe ser pasteurizada.
  5. Evita el jugo de fruta y mejor dale fruta entera. También evita las bebidas azucaradas.
  6. Acuesta a tu bebé sin biberón o retíralo cuando hayas terminado de alimentarlo para minimizar la exposición a largo plazo de sus dientes a líquidos que contienen azúcar.
  7. Evita las nueces enteras, semillas o alimentos duros similares para reducir el riesgo de asfixia.
  8. Incorpora los alimentos uno a la vez. Ofrécele nuevos alimentos una vez cada tres o cuatro días para evitar confusiones y descartar alergia y sensibilidad a los alimentos.
  9. Alimenta a tu bebé de la misma forma durante cualquier enfermedad y después de la misma. Dale abundantes líquidos si tiene diarrea.
  10. La exposición ocasional de la piel a la luz solar suele ser suficiente para satisfacer los requerimientos de vitamina D de un bebé, pero esto varía de una estación a otra y con el color de la piel.

Si tienes más dudas sobre la alimentación de tu bebé durante esta etapa, consulta a su pediatra.

 

Vía: Better Health Channel