El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa. Aunque muchas personas lo consideran una enfermedad del pasado, los brotes siguen ocurriendo en distintas partes del mundo, sobre todo cuando disminuye la cobertura de vacunación.
El riesgo de no estar vacunado
Si no estás vacunado y hay un brote de sarampión en tu comunidad, el riesgo de infección es muy alto. El virus se transmite por el aire al toser, estornudar o simplemente hablar, y puede permanecer activo en superficies por varias horas. Basta un breve contacto con una persona infectada para contagiarse.
Además, el sarampión no es una enfermedad leve. Puede causar complicaciones graves como neumonÃa, encefalitis (inflamación cerebral), diarreas severas y, en algunos casos, la muerte. Estos riesgos son mayores en niños pequeños, personas inmunocomprometidas y adultos sin inmunidad previa.
¿Qué hacer si no estás vacunado?
- Evita lugares concurridos, especialmente si sabes que hay casos confirmados en tu zona.
- Consulta de inmediato con personal médico para valorar si puedes recibir la vacuna, incluso durante un brote.
- Notifica si has estado en contacto con alguien contagiado, ya que podrÃa ser necesario un seguimiento.
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La importancia de la vacuna
La vacuna contra el sarampión es segura y muy efectiva. Dos dosis protegen a más del 97% de las personas vacunadas, y además ayudan a frenar la propagación del virus en la comunidad.
En situaciones de brote, la vacunación oportuna es la mejor defensa para evitar enfermar y proteger a quienes no pueden vacunarse por razones médicas.
Fuente: World Health Organization