La diabetes puede provocar daños en los nervios de las piernas y de los pies. Esto a su vez, puede dificultar que el paciente con diabetes sienta alguna llaga o ampolla en el pie; éstas si no son atendidas pueden hacerse más profunda e infectarse. La diabetes complica el flujo de la sangre y un flujo bajo de sangre puede dificultar la cicatrización. Las úlceras son heridas en la piel de lenta cicatrización. Las úlceras por pie diabético se dan en los pies de personas que viven con diabetes tipo 1 y tipo 2. Se estima que arriba del 15% de las personas con diabetes están en riesgo de desarrollar estas úlceras en los pies, las cuales generalmente aparecen en la planta del pie.
Una úlcera en condiciones normales puede ser causada por:
- Traumatismo o presión constante y repetida en el pie.
- Herida por punción.
- Objetos en el pie que puedan dañar la piel (por ejemplo, una pequeña roca).
Cuando se padece diabetes, existen factores de riesgo que pueden provocar pie diabético. Si tú o alguien en tu familia tiene uno o varios de estos factores, háblalo con tu médico:
- Neuropatía (entumecimiento, hormigueo o sensación de ardor en los pies)
- Enfermedad vascular periférica (circulación pobre en las piernas)
- Calzado inadecuado.
- Padecer diabetes por más de 10 años.
- Un pobre control de diabetes (valores de HbA1c > 9%).
- No utilizar zapatos.
- Historial de fumador.
Siempre es mejor la prevención. Si padeces diabetes y tienes factores de riesgo extras, hay medidas que puedes tomar para evitar desarrollar el pie diabético, simplemente sigue estos pasos:
- Lava tus pies todos los días y seca a fondo, ten cuidado especial entre los dedos, antes de ponerte zapatos y calcetas.
- No uses ligueros ni medias ajustadas alrededor de las piernas.
- Es posible que desees usar vaselina o una loción sin aroma para humectar los pies secos. No te apliques loción entre los dedos. La humedad extra puede atraer a las bacterias.
- Inspecciona tus pies diariamente. Busca úlceras que quizás no seas capaz de sentir. Usa un espejo o la ayuda de otra persona para ver todas las partes de tus pies.
- Tu médico debe mirar tus pies y examinar la sensación en ellos por lo menos una vez al año. Si encuentras una úlcera en cualquier momento, haz una cita para ver a tu médico de inmediato.
- Las personas con diabetes pueden tener uñas de los pies que sean quebradizas y difíciles de cortar, es posible que tengas un especialista de los pies para recortar tus uñas con regularidad.
- Compra zapatos que te queden. Algunas compañías de seguros pagarán por los zapatos hechos a la medida con inserciones. Un médico te puede dar una receta para los zapatos.
- Evita fumar.
- Habla con tu médico sobre el ejercicio. Ejercitarse diariamente te ayudará a mejorar el flujo de sangre y los niveles de azúcar.
- Las callosidades pueden incrementar la presión en el pie y ocasionar úlceras. Pídele a tu médico de los pies quitar cualquier callo. Esto podría reducir el riesgo de desarrollar una úlcera en el pie.
- Pregúntale a tu médico si debes usar un termómetro de infrarrojos especial, con él puedes comprobar la temperatura de tus pies.
- Un mejor control de tu diabetes puede reducir el riesgo de úlceras.
Recuerda que un alto porcentaje de las amputaciones de pierna tuvieron como punto de partida úlceras de pie diabético que no sanaron. En caso de que se haya desarrollado ya esta complicación, se pueden presentar algunos síntomas que pueden ayudar a detectarla. Si presentas alguno de los siguientes síntomas, dile a tu médico:
- Llagas, úlceras o ampollas en el pie o en la pierna.
- Dolor.
- Dificultad al caminar.
- Decoloración en los pies: blanco, azul o rojo.
- Fiebre, enrojecimiento de la piel, hinchazón u otros signos de infección.
Para diagnosticar si has desarrollado pie diabético, el médico te preguntará por síntomas y sobre tu historia médica. Un examen físico se realizará, de ser necesario tu doctor de cabecera te puede referir a un especialista en pies. Los exámenes pueden incluir:
- Cultivo de las heridas para determinar si existe alguna infección.
- Rayos X, para determinar si hay evidencia de infección en los huesos (osteomielitis).
- Tomografía computarizada o imagen de resonancia magnética para evaluar sospecha de bolsas de pus, llamadas abscesos, o encontrar infecciones en los huesos.
- Doppler o estudios arteriográficos para evaluar el flujo adecuado de sangre a tus pies, lo cual se requiere para una correcta sanación.
- Índice de presión arterial tobillo-brazo para determinar si la sangre está fluyendo correctamente a los pies.
- Medición de la glucosa en la sangre y de la glucohemoglobina (HbA1c).
- Exámenes completos de sangre para determinar si hay alguna infección. (Un altoconteo de glóbulos blancos en la sangre puede sugerir una infección).
Una vez que has sido diagnosticado, lo más pronto que sea tratado es mejor. Habla con tu médico sobre el tratamiento más adecuado para ti. Existen varias opciones de tratamiento, entre ellas están:
Cuidado de la herida. Un buen cuidado es importante para ayudar a la ulceración a sanar y prevenir una infección. Sigue las instrucciones que te dé tu médico para cuidar la herida y asegúrate de limpiarla y cambiar sus vendajes con regularidad.
No levantes objetos pesados. La presión constante en una úlcera puede dificultar que la herida sane. El médico te pedirá que quites un poco de presión en el área afectada. Se te podría prescribir un yeso o bota especial para liberar presión de tu pie, pero aun así podrás caminar.
Control de azúcar en la sangre. Una úlcera infectada puede elevar el nivel de azúcar en la sangre; lo cual puede disminuir la habilidad del cuerpo para combatir una infección. También tener niveles altos de azúcar evita que una herida sane.
Mejorar el control de los niveles de azúcar en la sangre te ayudará a combatir infecciones y curar heridas. Este control, a menudo, se realiza con ajustes en la dieta y la medicación. En ocasiones se pueden requerir inyecciones de insulina a corto plazo hasta que estés nuevamente sano.
Hábitos saludables. Si eres fumador, déjalo, pues fumar puede impedir que te cures. También se recomienda utilizar calzado apropiado y asegurarse que te quede bien.
Injerto de piel. Algunas úlceras que tienen un tamaño considerable pueden tener dificultades para sanar incluso con los tratamientos y precauciones anteriores. En algunos casos se requiere de un “parche” de piel que ayude a cubrir la herida, este proceso es conocido como injerto de piel. En este procedimiento se puede utilizar piel creada por bioingeniería o piel humana.
Medicación. Cuando la úlcera está infectada, el doctor puede recomendar el uso de antibióticos. En este caso, se requiere que el tratamiento dure entre 4 y 6 semanas, es muy importante que no te “saltes” ninguna dosis y terminar la medicación tal cual se prescribió. También se puede administrar medicación directa sobre el área afectada, con ello se podría acelerar la velocidad de la cicatrización.
Cirugía. El tejido muerto puede extenderse dentro y alrededor de la herida, esto hará más lenta o evitará la curación. En este caso se podría requerir de cirugía para remover el tejido muerto y limpiar la herida, esta intervención se conoce como desbridamiento.
Una cirugía de bypass podría requerirse para mejorar el flujo de sangre en las piernas. Esta operación utiliza vasos sanguíneos saludables para transportar sangre a las áreas que no llega debido a vasos sanguíneos dañados. La mejoría en el flujo podría ayudar con la curación de la herida.
En ocasiones una infección puede ser tan severa que no responda a ningún tratamiento. Como última medida se tiene la cirugía de amputación. Esto significa remover una parte del cuerpo para evitar que la infección se disemine.
Otros tratamientos. La terapia con cámara de oxígeno hiperbárico puede ayudar a sanar las heridas. Esta terapia se realiza a través de una cámara en la que se bombea oxígeno puro, esto ayuda a incrementar el nivel de oxígeno en la sangre y, a su vez, puede mejorar la cicatrización.
Otra opción para acelerar la curación es el uso de terapia de presión negativa en la herida lo que puede ayudar a que cicatrice más rápido.