De acuerdo con un estudio publicado a principios de este año, las personas con trabajos sedentarios —alrededor del 80% de la fuerza laboral— poseen un riesgo mucho mayor de sufrir insomnio en comparación con las personas activas en el trabajo.

Los investigadores encuestaron a casi 1,300 personas dos veces durante un período de 10 años, preguntándoles sobre sus horarios laborales y sus niveles de actividad física en el trabajo. Asimismo, preguntaron sobre los hábitos de sueño de los participantes, identificando tres categorías de salud del sueño: personas que duermen bien, personas que recuperan el sueño y personas con sueño similar al insomnio.

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En comparación con el trabajo activo, el trabajo sedentario tuvo un 37% más de probabilidades de provocar diversos síntomas de insomnio, como dificultad para conciliar el sueño, sueño interrumpido y cansancio diurno frecuente. Los resultados también revelaron que los trabajadores que caen en un patrón de sueño deficiente debido al diseño de su trabajo pueden quedar atrapados en estos patrones poco saludables durante muchos años. Por ejemplo, las personas con sueño similar al insomnio reportaron que sus síntomas persistieron 10 años después, al final del estudio.

No obstante, los autores resaltaron que las personas con trabajos sedentarios que se mueven durante la jornada laboral pueden ayudar a protegerse contra el desarrollo de problemas de sueño crónicos.

 

Fuente: Harvard Medical School