Realizarse una limpieza dental profesional es parte esencial del cuidado preventivo de tu salud bucal. Aunque muchas personas acuden sólo cuando sienten molestias, realizarse limpiezas periódicas permite detectar problemas a tiempo, eliminar acumulaciones dañinas y mantener dientes y encías saludables.

Si nunca te has hecho una o tienes dudas, aquí te explicamos en qué consiste el procedimiento.

Revisión inicial

El dentista o higienista dental comienza con una evaluación visual de tus dientes, encías y lengua. Puede usar un espejo pequeño para buscar señales de inflamación, caries, sangrado, sarro visible o problemas de alineación.

Eliminación de placa y sarro

Usando herramientas especiales (como un instrumento de ultrasonido o una cureta manual), el especialista elimina la placa bacteriana y el sarro que se ha acumulado, sobre todo en áreas difíciles de alcanzar con el cepillado normal. Este paso puede causar algo de sensibilidad, pero no debería ser doloroso.

Pulido dental

Después de eliminar el sarro, se realiza un pulido con una pasta especial que ayuda a suavizar la superficie de los dientes y eliminar manchas superficiales. Esto deja una sensación de limpieza y brillo agradable.

Uso de hilo dental y enjuague

El profesional pasará hilo dental entre todos tus dientes para eliminar residuos que pudieran quedar, y finalmente te pedirá hacer un enjuague con agua o un antiséptico bucal.

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Recomendaciones finales

Al terminar, el especialista puede darte recomendaciones personalizadas sobre técnicas de cepillado, tipo de cepillo o pasta, uso de enjuagues, o si necesitas una próxima consulta para tratar algún hallazgo.

La limpieza dental profesional no sólo mejora la apariencia de tu sonrisa, también previene enfermedades como la gingivitis, la periodontitis y la caries. Se recomienda realizarla cada 6 meses, o con mayor frecuencia si el dentista lo indica.

 

Fuente: Mayo Clinic