Durante el embarazo, el funcionamiento de la tiroides adquiere un papel fundamental para la salud de la madre y el desarrollo del bebé. Un desequilibrio en las hormonas tiroideas puede afectar la fertilidad, el crecimiento fetal y el bienestar materno, tanto antes como después del parto. Por ello, es clave conocer los cuidados necesarios en cada etapa.
Antes del embarazo: evaluación y preparación
Si estás planeando un embarazo y tienes antecedentes de problemas tiroideos o síntomas como fatiga, cambios de peso o irregularidades menstruales, es recomendable realizar una evaluación de la función tiroidea. Esto ayuda a:
- Detectar alteraciones como hipotiroidismo o hipertiroidismo.
- Ajustar tratamientos si ya hay un diagnóstico previo.
- Asegurar niveles hormonales adecuados para una concepción saludable.
El yodo es esencial incluso antes del embarazo, ya que la tiroides necesita este nutriente para producir hormonas. Es ideal comenzar a tomarlo como parte del suplemento prenatal bajo indicación médica.
Durante el embarazo: control constante
Durante la gestación, las necesidades hormonales cambian. El cuerpo produce más hormonas tiroideas, y el bebé depende de ellas, sobre todo en el primer trimestre. Por eso, es importante:
- Realizar controles periódicos de TSH y T4 libre.
- Ajustar dosis de levotiroxina si ya se recibe tratamiento.
- Consumir suficiente yodo, presente en sal yodada, pescados, lácteos o suplementos.
Un desequilibrio tiroideo puede estar relacionado con riesgos como aborto espontáneo, parto prematuro o bajo peso al nacer, si no se detecta y trata a tiempo.
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Después del parto: vigilancia continua
Tras el parto, los niveles hormonales pueden alterarse nuevamente. Algunas mujeres desarrollan una condición llamada tiroiditis posparto, que puede manifestarse como:
- Cansancio extremo.
- Cambios de ánimo.
- Aumento de peso o pérdida excesiva.
Es recomendable realizar controles de la tiroides entre las 6 y 12 semanas después del nacimiento, especialmente si hubo antecedentes tiroideos o síntomas.
Cuidar la salud tiroidea en cada etapa del embarazo es clave para proteger tanto a la madre como al bebé. El seguimiento médico oportuno, una buena alimentación y controles regulares son la mejor forma de prevenir complicaciones.
Fuente: American Thyroid Association