Los neutrófilos son glóbulos blancos que ayudan al cuerpo a combatir infecciones. Pueden encontrarse elevados durante el embarazo debido al estrés adicional que este supone para el cuerpo.
Un recuento alto de neutrófilos durante el embarazo suele ser normal. Sin embargo, en ocasiones, dicho recuento puede indicar una afección subyacente, como una infección.
Los neutrófilos aumentan en el torrente sanguíneo durante el embarazo debido a los cambios que ocurren en el cuerpo de la futura madre. Podemos pensar en los neutrófilos como los primeros en responder. Cada vez que el sistema inmunitario detecta un cuerpo extraño, envía neutrófilos a la sangre. La liberación de neutrófilos puede desencadenar inflamación en el cuerpo.
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Un rango típico de glóbulos blancos en adultos sanos es de 4,500 a 11,000 neutrófilos por microlitro. Cualquier valor superior a 11,000 neutrófilos por microlitro se considera un recuento alto de glóbulos blancos (leucocitosis). Durante el embarazo, el recuento de glóbulos blancos suele aumentar hasta un rango de 13,200 a 15,900 neutrófilos por microlitro. La mayoría de los glóbulos blancos que aumentan en el torrente sanguíneo son neutrófilos.
Después de un parto vaginal, el recuento de glóbulos blancos disminuye a aproximadamente 12,620 neutrófilos por microlitro. El valor después de una cesárea es de aproximadamente 12,710 neutrófilos por microlitro.
Los recién nacidos también poseen recuentos de glóbulos blancos más elevados que la mayoría de los adultos sanos. Un rango típico para un recién nacido es de 13,000 a 38,000 neutrófilos por microlitro. Un rango normal para un bebé de 2 semanas es de 5,000 a 20,000 neutrófilos por microlitro. La cantidad de glóbulos blancos en la sangre disminuye durante la infancia hasta alcanzar un rango normal durante la edad adulta de 4,500 a 1,000 neutrófilos por microlitro.
Fuente: Very Well Health