Reducir el consumo de productos lácteos, como la leche y el queso, es otra forma de reducir la huella de carbono (una medida de la cantidad total de gases de efecto invernadero [GEI] liberados a la atmósfera por una actividad específica).

Un estudio realizado con 2,101 adultos de Holanda reveló que los productos lácteos eran el segundo mayor contribuyente a las emisiones individuales de gases de efecto invernadero, sólo superado por la carne.

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Otras investigaciones también concluyen que la producción lechera contribuye significativamente al cambio climático. El ganado lechero y su estiércol emiten gases de efecto invernadero como metano, dióxido de carbono, óxido nítrico y amoníaco.

De hecho, debido a que la producción de queso requiere mucha leche, se asocia con mayores emisiones de gases de efecto invernadero que productos animales como el cerdo, los huevos y el pollo.

Para empezar, prueba a comer menos queso y a sustituir la leche de vaca por alternativas vegetales como la leche de almendras o la de soya.

 

Fuente: Healthline