El sueño es una parte muy importante del desarrollo de cualquier niño, pero en el caso de niñas y niños con autismo, descansar bien puede ser un verdadero reto. Muchas veces les cuesta trabajo conciliar el sueño, se despiertan varias veces en la noche o se levantan muy temprano. Esto no solo les afecta a ellos, también impacta en el descanso y la tranquilidad de toda la familia.

Afortunadamente, hay cosas simples que se pueden hacer en casa para mejorar esta situación:

Establecer una rutina para dormir

Los niños con autismo se sienten mejor cuando saben qué va a pasar. Tener una rutina clara antes de dormir ayuda a que su cuerpo y mente se preparen para descansar. Intenta que cada noche sea igual, con actividades tranquilas como:

  • Un baño con agua tibia
  • Cenar algo ligero
  • Leer un cuento o escuchar música suave
  • Apagar las luces y pantallas a la misma hora

Evitar pantallas antes de dormir
La luz del celular, la tablet o la televisión puede hacer que el cerebro se “despierte” justo cuando debería relajarse. Intenta que tu hijo no use estos aparatos al menos una hora antes de acostarse.

Crear un espacio cómodo para dormir
Asegúrate de que su cuarto esté tranquilo, con poca luz y sin ruidos fuertes. Algunas niñas y niños con autismo duermen mejor si tienen una cobija con peso, usan tapones para los oídos o duermen con un peluche que les da seguridad.

Observar qué le ayuda o le molesta
Cada niño es diferente. Algunos duermen mejor con una luz tenue, otros necesitan completa oscuridad. Algunos prefieren silencio total, y otros se relajan con música suave. Prueba distintas opciones para encontrar lo que funciona para tu hijo.