El índice glucémico (IG) es una escala que mide la rapidez con la que un alimento que contiene carbohidratos eleva los niveles de glucosa en la sangre. Se expresa en una escala del 0 al 100, donde los valores más altos indican un aumento más rápido y pronunciado del azúcar en sangre. Conocer el IG de los alimentos ayuda a tomar decisiones más saludables, especialmente en personas con diabetes o riesgo de desarrollarla.

1. Cómo se clasifica el índice glucémico

Los alimentos se agrupan en tres categorías según su IG:

  • Bajo (55 o menos): Provocan un aumento lento y gradual de la glucosa. Ejemplo: legumbres, avena, la mayoría de frutas.
  • Medio (56 a 69): Elevan la glucosa de forma moderada. Ejemplo: arroz integral, pan de centeno.
  • Alto (70 o más): Generan picos rápidos de azúcar. Ejemplo: pan blanco, bebidas azucaradas, dulces.

2. Por qué es importante conocerlo

Los alimentos con bajo IG ayudan a mantener niveles estables de glucosa, evitando picos que pueden provocar hambre, fatiga y aumento de peso. En cambio, una dieta con alto IG de forma frecuente puede incrementar el riesgo de resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares.

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3. Factores que modifican el IG

El IG de un alimento no depende solo de su tipo de carbohidrato. El método de cocción, la madurez de frutas y verduras, y la combinación con proteínas o grasas pueden cambiar la respuesta glucémica. Por ejemplo, enfriar pasta o arroz después de cocinarlos puede disminuir su IG.

4. Cómo aplicarlo en la alimentación diaria

No es necesario eliminar todos los alimentos con alto IG, pero sí equilibrarlos con opciones de bajo IG y un buen aporte de fibra. Esto ayuda a mantener la energía estable y prevenir alteraciones metabólicas a largo plazo.

Conocer el índice glucémico es una herramienta útil para planificar comidas más saludables y proteger la salud. Pequeños cambios en las elecciones diarias pueden tener un gran impacto en el bienestar general.

 

Fuente: Harvard T.H. Chan School of Public Health