Mantener la piel hidratada empieza en la ducha y con tu estilo de vida. Si padeces diabetes, resulta fundamental hidratarla a diario para evitar que tu piel se agriete y deshidrate, y potencialmente desarrolle una infección.
Los expertos aconsejan evitar ducharse con agua caliente y, cuando lo hagas, debes darte una ducha frÃa después. También debes beber mucha agua para ayudar a hidratar tu piel.
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Los especialistas en salud cutánea recomiendan una crema o ungüento espeso para una hidratación duradera de la piel. Un producto más espeso puede hidratar y nutrir la piel mejor que una loción normal. Algunos fabricantes formulan productos para pieles afectadas por la diabetes, los cuales incluyen ingredientes que brindan una hidratación intensa.
Prestar atención a los pies también es fundamental, ya que el daño nervioso y la baja circulación sanguÃnea pueden dificultar la detección y el tratamiento de las infecciones. Las personas con diabetes suelen tener talones muy agrietados que pueden experimentar dolor. Utiliza una crema espesa en los pies y frótalos suavemente con una piedra pómez o una lima para pies cada semana, para evitar que la piel muerta se acumule y endurezca.
Fuente: Healthline