El receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) es como una antena ubicada en la superficie de nuestras células, tanto las sanas como las cancerosas, y es fundamental para controlar cómo se dividen y sobreviven. Si el EGFR no funciona bien (generalmente por culpa de una mutación) puede acelerar el crecimiento celular, lo que facilita que el cáncer se propague.

El gen EGFR se asocia principalmente con los adenocarcinomas (cáncer que nace en las células glandulares). Sin embargo, la proteína también afecta a algunos carcinomas de células escamosas. En tales casos, el tumor no crece por una mutación, sino porque existen demasiadas copias del EGFR (una amplificación), lo que resulta en tumores que crecen muy rápido y son muy agresivos.

Dicho gen posee 28 pedacitos numerados, llamados exones, y cualquiera de ellos puede mutar. Las mutaciones de EGFR más comunes en el cáncer de pulmón (cerca del 85% de los casos) son la pérdida de material genético en el exón 19 (19-del) o un cambio en el exón 21 (21-L858R). También pueden presentarse mutaciones por inserción en el exón 20, pero son mucho menos frecuentes.

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¿Quiénes están en mayor riesgo?

Varias investigaciones sugieren que ciertas etnias tienen más probabilidades de desarrollar mutaciones en EGFR. Por ejemplo, la gente de ascendencia asiática con cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) presenta esta mutación con una probabilidad que se acerca al 47%. Dicho porcentaje baja a un 21% en personas con ascendencia de Oriente Medio o africana, y se queda en un 12% en aquellas de origen europeo.

Existen varios factores que aumentan el riesgo de desarrollar mutaciones del EGFR. La mayor probabilidad de presentar esta mutación ocurre en pacientes con diagnóstico de cáncer de pulmón de células no pequeñas que son:

  • Mujeres
  • Personas que no fuman
  • Personas con un diagnóstico de adenocarcinoma de pulmón (un tipo de CPCNP)

 

Fuente: Very Well Health