Los días de las pruebas de hisopo «nasofaríngeo» realizadas únicamente por trabajadores de la salud podrían estar llegando a su fin, ya que un nuevo estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine reveló que una prueba de hisopo mucho más cómoda, realizada por los propios pacientes, funciona igual de bien.

El nuevo estudio encontró que las muestras de hisopo autotomadas del conducto nasal inferior brindaron más del 90% de precisión, en comparación con las pruebas estándar que llegaban a la nasofaringe (donde los conductos nasales se conectan con la boca).

Permitir que los pacientes recojan sus propias muestras reduciría también los riesgos de infección para los trabajadores de la salud, resaltó el equipo dirigido por el doctor Ethan Berke, del United Health Group en Minnetonka, Minnesota (Estados Unidos). Los expertos dijeron que los hisopos nasofaríngeos son tan incómodos que los pacientes a menudo tosen, estornudan o sienten náuseas durante los procedimientos, aumentando las probabilidades de que las gotas infectadas sean expulsadas.

Por lo tanto, la «adopción de técnicas de muestreo por parte de los pacientes podría reducir el uso de EPP [equipo de protección personal] y brindaría una experiencia más cómoda para el paciente», indicaron los autores del estudio.

¿Cómo se realizó el estudio?

En la investigación, el grupo de Berke comparó la precisión de las pruebas de hisopo para COVID-19 administradas por el paciente con la de las pruebas de hisopo «estándar» del área nasofaríngea, realizadas por el personal de atención médica.

Los 530 participantes del estudio eran residentes del estado de Washington que se presentaron en una de cinco clínicas con «síntomas indicativos de infección de las vías respiratorias superiores», describieron los investigadores.

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Cada paciente se sometió a una prueba de hisopo nasofaríngeo estándar para COVID-19, realizada por un trabajador de la salud. Asimismo, se les pidió que usaran hisopos para recolectar muestras por sí mismos de tres áreas: la lengua, el área nasal inferior y un poco más arriba del conducto nasal (pero no tan alto como la nasofaringe).

En comparación con la prueba nasofaríngea estándar, las dos pruebas de paso nasal pasaron el umbral aceptable de precisión del 90%, dijo el grupo de Berke. La prueba del área nasal inferior tuvo una precisión del 94% y la prueba de la mitad de la nariz alcanzó una precisión del 96.2%, informó el equipo.

Las muestras tomadas de las lenguas de los pacientes fueron algo menos precisas, con un 89.8%, todavía muy cerca del umbral del 90%.

El hecho de que la prueba nasal media fue la más precisa de las pruebas autoejecutadas indica que «la carga viral podría ser mayor» en esta área, subrayaron los especialistas.

Con base en dichos resultados, los autores del estudio concluyeron que «la recolección de muestras de pacientes para la prueba de SARS-CoV-2 en sitios distintos a la nasofaringe es un enfoque útil durante la pandemia de COVID-19».

El doctor Matthew Heinz, médico internista en el Tucson Medical Center, en Arizona, quien se ocupa de las pruebas para COVID-19, opinó que la escasez de personal y suministros para las pruebas de COVID-19 «continúa frustrando la respuesta a esta pandemia viral».

Aunque se requieren más estudios para confirmar los hallazgos de Washington, estos hallazgos permitirían realizar más pruebas autoadministradas en el futuro, refirió Heinz.

«Hacer que las pruebas virales sean más rápidas, fáciles y menos invasivas nos ayudará a alentar el cumplimiento y a incrementar el número de pruebas diarias realizadas, una parte crucial de la vigilancia de la enfermedad durante la pandemia», finalizó.

 

Vía: Health Day News