Cuando las píldoras cambian su color habitual, las personas serían menos propensas a consumirlas porque se sienten inseguros.
Una investigación reciente determina que al variar el color habitual de sus fármacos, los pacientes serían menos proclives a tomarlos. Esta situación es común al utilizar la versión genérica de algún medicamento.
El doctor Aaron Kesselheim, autor principal del estudio e investigador del Hospital de Brigham and Women’s de la Facultad de Medicina de Harvard, señala que muchas personas que llegan a su consulta se preguntan y extrañan por el cambio de color de sus comprimidos.
Esta variación confundiría los individuos, que luego se sienten inseguros y no toman sus medicamentos.
«Un paciente que toma cinco fármacos, cada uno producido por cinco laboratorios de genéricos, enfrenta teóricamente unas 3.000 variaciones posibles de apariencia de lo que, químicamente y clínicamente, son los mismos fármacos», sostienen los autores.
¿Cómo se realizó el estudio?
Los investigadores revisaron datos nacionales de personas que consumían antiepilépticos. Las conclusiones arrojaron que estos pacientes tenían hasta un 50% más de probabilidades de prescindir de sus recetas si las pastillas eran de un color diferente a las que habían ingerido habitualmente.
El resultado se determinó según los lapsos más extensos que demoraban en repetir las recetas. Este es el primer análisis empírico que relaciona las características físicas de las píldoras y el acatamiento de quienes deben consumirlas.
Solución
Si bien el consumo de ciertos remedios depende de muchos factores, el equipo investigador afirma que una posible solución a este problema es permitir que las píldoras de marcas y genéricas tengan la misma apariencia.
Por ahora, Kesselheim sugiere a los farmacéuticos informar a los pacientes cuando sus medicamentos pasan a su versión genérica, explicándoles que los efectos y seguridad son los mismos de los del fármaco de marca. Asimismo, los médicos también deben estar conscientes de esta situación y educar en la materia.
