Aunque ambos son padecimientos respiratorios, la influenza H3N2 y el resfriado común no son lo mismo. Confundirlos puede retrasar el cuidado adecuado y aumentar el riesgo de complicaciones. Reconocer las diferencias clave en síntomas, inicio y evolución ayuda a tomar decisiones oportunas para proteger la salud.

1. Inicio de los síntomas

La forma en que comienzan es una pista importante. La influenza H3N2 suele iniciar de manera repentina, con malestar intenso desde las primeras horas, mientras que el resfriado común aparece de forma gradual y progresa lentamente.

2. Intensidad del malestar general

El impacto en el cuerpo es distinto. La influenza provoca cansancio extremo, debilidad marcada y sensación de agotamiento, en tanto que el resfriado suele permitir continuar con actividades diarias, aunque con molestias leves.

3. Fiebre y dolores corporales

Estos síntomas ayudan a diferenciar ambos cuadros. La influenza H3N2 frecuentemente cursa con fiebre alta, escalofríos y dolores musculares intensos, mientras que en el resfriado la fiebre es rara o leve y los dolores corporales son mínimos.

4. Síntomas respiratorios predominantes

Ambas infecciones afectan vías respiratorias, pero de forma distinta. El resfriado se asocia más con congestión nasal, estornudos y escurrimiento, mientras que la influenza destaca por tos seca persistente, dolor de garganta y presión en el pecho.

5. Duración y recuperación

El tiempo de recuperación también varía. Los síntomas del resfriado suelen mejorar en pocos días, mientras que la influenza puede prolongarse una o dos semanas, con fatiga que persiste incluso después de que la fiebre desaparece.

6. Riesgo de complicaciones

La influenza implica mayor cuidado. La H3N2 puede derivar en complicaciones como neumonía, deshidratación o agravamiento de enfermedades crónicas, especialmente en adultos mayores, niños pequeños y personas con defensas bajas, algo poco común en el resfriado.

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Diferenciar la influenza H3N2 de un resfriado común permite actuar con mayor claridad y responsabilidad. Ante síntomas intensos, fiebre alta o malestar que no mejora, buscar valoración médica y reforzar medidas de prevención es fundamental para una recuperación adecuada y para evitar contagios.

 

Fuente: Centers for Disease Control and Prevention (CDC)