Dormir bien, alimentarte mejor o hacer actividad física son hábitos que ayudan, pero conocer tu riesgo real de diabetes depende de estudios clínicos que permiten detectar alteraciones antes de que aparezcan los síntomas.

Si tienes antecedentes familiares, sobrepeso, presión alta o un estilo de vida sedentario, hacerte estas pruebas puede marcar una gran diferencia en tu salud.

1. Glucosa en ayunas

Este análisis mide la cantidad de azúcar en la sangre después de un ayuno de al menos ocho horas. Es una de las pruebas más importantes para identificar si ya existe una alteración en la forma en que tu cuerpo procesa la glucosa.

2. Hemoglobina A1c

La A1c muestra tu promedio de glucosa de los últimos dos o tres meses. Este valor permite saber si hay cambios constantes que indiquen prediabetes o diabetes en etapas iniciales, incluso cuando no existen molestias evidentes.

3. Prueba de tolerancia a la glucosa

Se toma primero una muestra de sangre y luego otra tras beber una solución con glucosa. Ayuda a identificar cómo responde tu organismo a una carga elevada de azúcar, lo cual puede revelar problemas que no se detectan en otros estudios.

4. Perfil de lípidos

Aunque no mide glucosa, es una prueba clave. El colesterol alto y los triglicéridos elevados aumentan el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares, por lo que complementa la evaluación general.

5. Examen de función hepática

El hígado tiene un papel fundamental en el metabolismo. Detectar alteraciones tempranas ayuda a identificar factores que podrían contribuir al desarrollo de diabetes, especialmente cuando existen antecedentes familiares o exceso de peso.

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Cuidar tu salud implica informarte y actuar a tiempo. Realizarte estos estudios es una manera responsable de conocer tu riesgo real de diabetes y tomar decisiones que te acerquen a una vida más equilibrada y segura, ¡cuídate!

 

Fuente: Mayo Clinic